El 2020 nos cambió radicalmente y trajo sufrimientos a muchos, lo primero que debemos agradecer es estar vivos. También nos abrió los ojos ante el hecho de que las reglas del juego han cambiado y el futuro estará definido por la incertidumbre. El mundo siempre está en transformación, pero grandes acontecimientos como la pandemia y la revolución tecnológica imprimen una velocidad nunca antes vista a los procesos de cambio, poniendo a prueba nuestra capacidad de aprendizaje y adaptación a nuevos entornos.
Este último año - que tuvo como prólogo el estallido de octubre- modificó por completo la forma como vivimos, trabajamos, y nos relacionamos con el otro y con nuestros territorios, y ha traído enormes desafíos políticos, sociales, ambientales y sanitarios. En todos los ámbitos de la vida hemos sacado grandes lecciones. En el mundo empresarial también. Nos dimos cuenta de que no nos podemos dormir en los laureles del éxito, y no hacernos cargo de aportar de manera concreta a superar la situación precaria en que viven muchos compatriotas. Es cierto que las cifras de crecimiento y superación de la pobreza han devenido en una mejora en la calidad de vida de muchas personas, pero creo que por eso mismo debemos ponernos como objetivo hacer todo lo necesario para que más chilenos tengan mejores oportunidades y calidad de vida.
Ya no podemos seguir operando con la mirada fija en las utilidades y el crecimiento. Ahora es necesario que las organizaciones tengamos un propósito resonante dentro del país, concibiendo a la empresa como un ecosistema donde convergen accionistas, trabajadores, clientes, y proveedores, así como la sociedad, las comunidades y el territorio que las acoge, entendiendo que la sostenibilidad no debe ser concebida como algo residual, sino que debe estar al centro de su estrategia.
Es hora de dejar atrás la lógica basada en una carrera para llegar primero, porque ahora está más claro que nunca que juntos llegamos más lejos (idea que aplica a toda la sociedad, y especialmente a los políticos que nos gobiernan). Por esto hay que dialogar, practicar la colaboración y establecer alianzas en torno a objetivos comunes. Dejemos atrás los paradigmas añejos del pasado, y trabajemos unidos para llegar lejos el año que ya comienza.
Un abrazo, deseos de paz y amor a todos.
Rosario Navarro. Partner IDEMAX, Vicepresidenta SONDA, Consejera SOFOFA.