El diagnóstico es bastante conocido. Algunos factores tienen relación con variables externas de las que tenemos poca capacidad de control, especialmente en un contexto de exportación de commodities, escenario que vemos como empieza a cambiar de vector. Un ejemplo reciente de esto es Me-Do una iniciativa de muebles de Arauco, que aunque contrata diseño Italiano, da cuenta de la búsqueda en la creación de un nuevo valor a partir de materias primas y tecnología.
Otras variables, tienen relación con la mirada local cargada de desconfianza, con reformas importantes, en un escenario político desafiado, pero que podría no ser la gran respuesta a los problemas que aquejan a la industria, que a su vez ha tenido una gran desconexión con la ciudadanía, ya sea por malas prácticas y una mirada antigua de ser y hacer empresa.
Hoy sabemos de los problemas asociados a la baja productividad la que se explica por muchos factores, entre ellos, la tecnología y el capital humano, que podríamos resumir en la baja inversión en innovación que llega al 4,4 %, la más baja de los países de la OCDE, número que conocemos y que sabemos que muchas organizaciones intentan mejorar en la medida de las posibilidades y potencial que el País puede generar.
En este escenario, debemos dar inicio a las grandes transformaciones de la industria local, que en el largo plazo deberá convertir esta transformación en retornos de impacto para generar mayor valor y aprovechar los beneficios locales, en tiempos en los que áreas como la fabricación serán redefinidas, lo que a su vez se va a traducir en cambios para el retail, las empresas de distribución, la logística, la energía, la salud, las empresas financieras y las manufactureras en general.
Una empresa en Chile, Zapatos “Bestias”, ha definido su propuesta de valor como “Made in Chile, not in China” dando cuenta del potencial valor de lo local en industrias tan competitivas como la zapatería, en contraste de la importación que pone a China como el ícono del bajo valor, escenario que sabemos que cambiará en un futuro cercano al de “Design in China”, situación que ya podemos empezar a ver en varias industrias.
Debemos definir una ruta de transformación de la industria local que ponga en su épica el valor del “Made in Chile” y lo que esto implica en una mirada colectiva a partir de los gremios y que gestionen los proyectos desde una nueva manera de ser, en contacto con la ciudadanía y el valor de lo local. Otros casos que podríamos destacar en este punto son Elemental y su arquitectura World Class o Neptuno Pumps y la transformación que ha provocado, haciendo de la economía circular su pilar estratégico de operación con resultados únicos para el mundo.
En la manera de hacer, deben nacer nuevas prácticas y mayores niveles de inteligencia colectiva, en las que los resultados serán que industrias y empresas, estén más conectadas con sus consumidores, con productos y servicios de mayor valor, en una verdadera re-significación de la industria con los beneficios políticos, sociales y ambientales, asociado a las demandas tecnológicas y científicas que esto significará a nivel país y los negocios que el futuro demandará.
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Sebastián Amaral / Senior Consultant Asociado
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