Para superar esto, se debe fomentar la conexión con empresas grandes y medianas, para que estas conozcan emprendimientos de mujeres y les den acceso a su pool de proveedores, integrándose así a la cadena de valor de estas organizaciones.
Otra barrera se da en el acceso a redes. A pesar que hay cada vez más espacios de colaboración entre mujeres, como las que han ido articulando fundaciones y organizaciones como Kodea, Mujeres del Pacífico, Vital Voices, o Fundadoras, entre otras, todavía es muy difícil para ellas acceder formalmente a los ecosistemas de negocio, sobre todo si una mujer se ha dedicado por años a ser dueña de casa, al cuidado de los hijos, o a trabajos informales y/o no remunerados, que las han aislado del mundo de la empresa y el trabajo formal. Aquí se requiere de más hombres que se comprometan con este desafío.
El acceso a rondas de negocio es vital para hacer crecer estos emprendimientos, pues todavía hay sesgos machistas para cerrar negocios en otros mercados con tradiciones patriarcales y sexistas. En esta tarea es esencial disponer de una infraestructura digital robusta, accesible e inclusiva, así como invertir cada vez más en capacitación digital e idiomática. Corfo ha relizado algunas con gran porcentaje de participación de mujeres.
Y si bien las instancias de entrenamiento a mujeres en el ámbito digital han sido de gran ayuda para que partan más liviano y para la internacionalización de sus emprendimientos, todavía faltan plataformas formales de apoyo, así como darles mayor acceso a crédito para poder profesionalizarse e ir creciendo y expandiendo sus negocios.
A medida que reconstruimos nuestras economías después de la pandemia, debemos aprovechar la oportunidad para abordar cuestiones esenciales para lograr un país más equitativo, como son una mejor distribución de las oportunidades y los beneficios del crecimiento, el comercio globalizado y la prosperidad regional, y asegurar que las micro, pequeñas y medianas empresas, las mujeres, los pueblos originarios y los jóvenes no se queden atrás, lo que ayudará a mejorar nuestra resiliencia colectiva.
Aunque la pandemia ha tenido un impacto negativo en el trabajo y emprendimiento femenino, hay más ganas y motivación que nunca para emprender, profesionalizar sus negocios y acceder al mundo de trabajo formal, lo que claramente se traduce en mayor generación de valor para el país.
Por Rosario Navarro_ Partner IDEMAX, vicepresidenta SONDA, consejera SOFOFA